Hay muchos hábitos al volante que están normalizados, pero no son buenos para el vehículo. Así que no está de más que los conozcas para poder evitarlos. Tal vez practiques alguno de ellos casi todos los días y no sepas que estás dañando tu coche.
- Arrancar con el motor frío: ni prisas ni nada. Debes calentar el motor siempre antes de salir. Con pasar simplemente un minuto con el motor al ralentí darás tiempo a que los elementos necesarios se calienten y puedan funcionar bien. Esto se debe a que el aceite frío no protege igual que si está a una temperatura óptima. Al empezar a circular, hazlo suavemente.
En el caso de los coches diésel, suele haber un indicador en el salpicadero que se mantiene iluminado mientras los calentadores se ponen en orden de funcionamiento. No debes encender el motor hasta que se apague.
- Dejar el pie sobre el embrague: es cierto que, con el embrague pisado, el coche no se cala. Sin embargo, no debes abusar de él porque desgastarás rápidamente el embrague. Cambiarlo es una operación que puede ser costosa, así que es mejor que lo cuides.
- Dejar la mano sobre el cambio de marchas: también es habitual ver conductores que dejan su mano apoyada en la palanca de cambios. Así lo único que consiguen es desajustar sus mecanismos internos con el peso de la mano y provocar averías.
- Mover el volante con el motor apagado: si se te ha ocurrido hacerlo alguna vez, que sepas que hacer esto puede deformar los neumáticos, desequilibrar las suspensiones y desgastar la cremallera de la dirección.
- Apurar el depósito antes de repostar: circular en reserva no es buena idea. Forzarás la bomba de combustible y probablemente acabes provocando una avería. Además, es posible que se trasladen al filtro las impurezas depositadas en el fondo del depósito, por lo que se podría llegar a obstruir.
- Circular en punto muerto: no ahorrarás combustible por hacer esto. Al contrario: el motor sigue funcionando y gastando. Solo debes hacerlo si estás parado, por ejemplo, ante un semáforo. Circular con una marcha engranada ayuda a mantener el control del vehículo así que, por tu seguridad, asegúrate de hacerlo. También debes hacerlo para aumentar su vida útil porque al avanzar en punto muerto harás trabajar más los frenos y circularás a revoluciones bajas, algo perjudicial para el motor.
Cuidar tu coche es muy sencillo. Si tienes cuidado al conducirlo y acudes periódicamente a tu taller de confianza, podrás mantenerlo en buen estado durante mucho más tiempo.
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Fuente: La Vanguardia.
Imagen: Mateusz Dach
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