Cambio de estación, nuevas condiciones meteorológicas, nuevas retos en la carretera a los que deben enfrentarse los conductores y la mejor garantía de superación es un poner el coche a punto de cara al otoño. Estos son los ocho puntos básicos que debes revisar:
1. Luces. En otoño e invierno donde, no sólo son menos las horas de luz, también las posibilidades de lluvia aumentan. Hay que revisar los faros, las luces traseras, las de estacionamiento, las de freno y los intermitentes. Esta revisión se puede hacer sin acudir al taller, basta con que pidas ayuda a alguien para que te indique si las luces funcionan correctamente.
2. Luna térmica trasera. Este elemento es importante, pero son pocos los conductores que se acuerdan de él, salvo cuando van a utilizarlo y ven que no funciona.
Para poner a prueba su funcionamiento debes conseguir que los cristales se empañen (tiene que hacer más frío fuera que dentro del habitáculo). Si percibes algún fallo en la luneta, pasa por el taller.
3. Neumáticos. Las cubiertas deben ir en buen estado siempre, pero es en época de lluvias cuando llevar la banda de rodadura con un dibujo inferior a 1,6 mm es especialmente peligroso.
Aunque tengas esta profundidad, es recomendable cambiar los neumáticos cada cuatro años (si la goma se endurece puede perder hasta un 60% de su eficacia).
También debes estar atento a la presión.
4. Escobillas. En otoño, con las lluvias, es importante que éstas cumplan su misión (limpiar el parabrisas) de manera correcta, de tal manera que el agua no impida la visibilidad en los desplazamientos. Visualmente, debes comprobar que la goma no está cuarteada y que barren correctamente la luneta. Se sabe si están bien cuando no dejan rastros de suciedad y no suenan más de lo normal.
5. Aceite. Comprueba la cantidad y el estado para ver si tienes que añadir o cambiar todo el lubricante.
6. Batería. Haz una inspección visual de los bornes y, al menor indicio de fatiga, pon una nueva. Lo recomendable es cambiar la batería cada cinco años.
7. Líquido refrigerante. Es el encargado de mantener el motor a una temperatura constante (entre los 90 y los 92 grados centígrados) para un funcionamiento correcto. Además, gracias al él funciona la calefacción...
8. Mecánica. Si no entiendes mucho de manguitod, abrazaderas y otras priezas del motor, será mejor que pases por el taller para que los mecánicos puedan identificar signos de desgaste o piezas que sea necesario cambiar o arreglar.
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