Cómo conducir con placas de hielo en la carretera

• 10/01/2019
• Neumáticos, Seguridad

• neumáticos consejo accidente conducción riesgo

Uno de los principales peligros a la hora de conducir en invierno es el hielo. Su presencia, especialmente en los meses más fríos, puede hacer que el coche se deslice porque ha perdido su adherencia sobre la calzada. Por eso es importante aprender qué hacer si nos encontramos placas de hielo cuando circulamos con nuestro coche.

La Escuela de Conducción de ALD Automotive ha explicado hace poco en ABC algunas técnicas que te pueden ayudar a la hora de afrontar la conducción sobre hielo. Al ponerlas en práctica, tendrás más fácil dominar el coche y evitar un accidente:

- Circula con marchas largas: al conducir sobre hielo, es importante evitar excesos de potencia que puedan provocar una pérdida de agarre sobre la calzada.

- Conduce con suavidad: nada de volantazos o frenazos si quieres mantener el control del vehículo. Si no has podido evitarlo, intenta dejar que el coche se deslice con suavidad, sin acelerar ni frenar, hasta que recupere la adherencia. Si no eres capaz de conseguirlo, gira el volante hacia el lugar contrario al que apunte el morro. Hazlo de manera firme, pero nunca brusca.

- No sigas las huellas de otros coches: situarse encima de las marcas de rodadura de otros vehículos no es una buena idea. Esto se debe a que en esas zonas tiende a acumularse el agua, que con el frío se transforma en hielo. También debes evitar en lo posible las zonas más sombrías de la carretera, que es donde suele haber más placas.

- Aumenta la distancia de seguridad: la pérdida de adherencia que provocan las heladas incrementa la distancia de frenado. Por eso hay que hacer lo propio con la de seguridad y dejar más metros entre nuestro coche y el que nos precede.

- Adapta tu coche al invierno: llévalo a tu taller de confianza para que comprueben si todo funciona correctamente y los niveles de fluidos son óptimos. Utilizar neumáticos todo tiempo o de invierno también es una buena idea para contrarrestar la pérdida de agarre.

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